miércoles, 6 de marzo de 2013

Cookie

Todo comenzó hace unos días, cuando vi las fotos de unos cachorritos y le hablé a una amiga de uno que me encanta. Una bolita de pelo blanco, un "toy", y me dijo: "el Bichón Maltés". Yo no había oído hablar de esa raza en mi vida, pero ese nombre resonó en mí de un modo especial. Y lo supe. Sin más. Supe que mi perro Bichón Maltés chiquitín se llamaba Cookie, lo visualicé correteando por el pasillo de mi casa y acurrucado en mis brazos. Ya existía y era una cuestión de encontrarlo. Los Bichón Maltés toy son simplemente unos Bichones cuyos padres son de un tamaño inferior a la media, así que su camada también será más pequeña.

Estuve primero en un criadero perdido de la mano de Dios al que me acompañó mi santo padre, pero los cachorros que tenían, dos hembritas, eran más bien grandecitas. No eran Cookie. 

Así que fui a una tienda donde además de todo tipo de plantas, venden mascotas. Crucé el espacio de las flores, vi preciosos geranios y gerberas. Seguí hacia el fondo de la tienda y pasé al lado de los peces y conejos. Y a la derecha estaban los cachorros adormilados en sus incubadoras. Había una preciosa pareja de Labradores color canela, unos pequeños Terrier, un Bulldog francés y, en la incubadora más a la izquierda jugueteban un Chihuahua y un Bichón Maltés bolita. En cuanto lo ví de cerca, supe que era Cookie. Pero... junto a la plaquita que indicaba las características de su raza había un post it donde se leía "reservado".

Vaya, Cookie reservado. Bueno, pregunté a uno de los empleados que andaba por la zona de plantas y me dijo que uno de sus compañeros de la zona de mascotas iría en unos minutos para allá. Así que esperé. Cuando llegó le pregunté si pensaban recibir algún Bichón como el reservado, y me dijo que la señora para la que lo habían apartado no se había presentado y que no la localizaban. Mi esperanza aumentó. Lo sacó de su incubadora para que pudiese verlo mejor, un Bichón macho suave y tiritón. Cuando lo cogí en brazos, sentí que era Cookie. Entonces el chico me pidió que aguardase un momento para que volviese a intentar contactar con la persona que reservó al perrito, antes de poder vendérmelo. Lo devolvíó a la incubadora y, en ese rato seguí observando a Cookie saltando como un loco, tratando de morder el cristal y siendo placado por el pequeño Chihuahua. Presentí que el chico me iba a decir que Cookie estaba libre, y después de varios minutos de espera, así fue.

Cookie salió por última vez de su incubadora temblando de frío y mirándome con ojos curiosos y un poco sorpendidos, "¿me llevas a tu casa?". El Chihuaha lo miraba desde el otro lado del cristal y ladraba como diciendo, "oye, ¿dónde vas?, ¡no me dejes aquí!". Se quedó solito en su cubículo.
Después de despedirnos de los otros cachorros, le compré a Cookie una camita rosa fucsia, pienso, bebedero, comedero y cepillo. Y me lo llevé a mi casa. Le he hecho unas fotitos, tiene madera de perro modelo, se queda quietecito cuando ve el objetivo apuntándole. A menos que no esté entretenido mordiendo algo. ¿Queréis verlo?

Tres peluches, tres



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